Caminar por Roma da la sensación de haber entrado en un museo, hay que circular mirando hacia arriba y hacia abajo, da la sensación que bajo esa baldosa que se pisa se desenterrará un interesante segmento de tradición y leyenda.

Roma está zurcida con hilos de la historia, medio expuesta, la antigüedad exquisita aflora en cualquier rincón de la ciudad.

Hasta parece paradójico recomendar algún Museo; respirar Roma, es respirar antigüedad.

Sobre la colina de Pinciano, en el jardín más antiguo de Roma, se encuentra la Villa Borghese, originariamente propiedad del Cardenal Scipione Borghese, sobrino del papa Pablo V y conocido mecenas que tuvo la lucidez de apadrinar a Gian Lorenzo Bernini, arquitecto, urbanista, escenógrafo, escritor, pintor, dibujante, pero sobre todo extraordinario escultor e improbable alquimista; realizó una de las obras escultóricas más exquisita, Apolo y Dafne, 1622 a 1625, en mármol de 1,70 metros de altura, que se luce en la Galería de la Villa Borguese. El detalle de esta obra se ve en la foto. Dafne es perseguida por Apolo, que desea evitarlo; su padre, para ayudarla a huir del fogoso Apolo la convierte en el árbol de Laurel, en la escultura se ve esta transformación, la delicadeza de ejecución de esta obra es de una belleza incomparable, la vivacidad del instante que Bernini interpretó hace pensar que las hojas se mueven.

Este atrevido escultor cuenta además infinidad de exquisitas obras, aunque realizó interesantes restauraciones, entre ellas, llama la atención Hermafrodito durmiendo, de la que hay una copia en el Museo de Louvre, de espaldas, la obra presenta una mujer de espaldas, y de frente, puede verse el órgano masculino; Bernini agregó el colchón en el que reposa la obra.

El gran parque de la Villa cuenta con 9 entradas, es un amplio espacio con jardines al estilo inglés que es interesante recorrer.

El plato principal de este paseo, es la Galería de arte donde se encuentran obras de Caravaggio, Rafael, Tiziano, entre otros, además de Bernini. Bernini, ya a los 20 años es famoso, con dinero y bien parecido, apoyado por un mecenas, desarrolló toda su creatividad y talento que plasmó en impresionantes obras.

A un lado de la Villa, se encuentra Villa Giulia, residencia de verano del Papa Julio III, actualmente Museo Nacional Etrusco de Roma.

Dentro del la Villa Borghese, se encuentra la Villa Médici, sede de la Academia Francesa, institución que regula el idioma Frances, fundada en 1635 por el Cardenal Richelieu, en este edificio está alojada la colección del escultor Pietro Canonica.

La belleza arquitectónica, el concepto artístico de la Villa, sus alrededores e interiores, desde las obras hasta los muebles, la decoración del interior, el impresionante artificio en el ornato de cada salón, dan cuenta del refinamiento e importancia que se le otorga al arte en la época.

El compacto edificio de la Galería Borghese facilita el paseo turístico, en poco más de 2 horas, podrán verse cómodamente la exposición en tan sólo dos plantas en las que las piezas escultóricas destacan; piezas de la antigüedad clásica, primeros siglos d.c.; así como los frescos del techo, con una precisión en el tratamiento de la perspectiva tridimensional de la pintura.

Las obras pictóricas están entre las más impresionantes del mundo, Tiziano, Amor sacro y amor profano, y Venus vendando los ojos de Cupido.

De Rafael, una de las más famosas obras, se encuentra en esta Galería, Cristo llevado a la tumba; de Caravaggio, Baco enfermo, La virgen del niño pisando la serpiente y tantos otros, que se consideran el conjunto más distinguido de este pintor.

La lista de obras es amplia, e increíblemente bella; la Villa Borguese a pesar de ser un edificio pequeño alberga una de las más interesantes obras de cada uno de los artista, es por ello que visitar la Villa no es sencillo, mejor asegurarse la entrada reservándola desde Internet, ya que si no, las colas quizás hacen imposible entrar.

No se puede llegar a Roma y dejar de visitar Villa Borghese; por unas horas, el espíritu encuentra alas en este prodigioso espacio del arte.

Ana Abregú.